21 enero 2008

Cuidado

Cuando su prometido regresó del mar, se casaron. En su viaje a las islas orientales, el marido había aprendido con esmero el arte del tatuaje. La noche misma de la boda, ante el asombro de su amada, puso en práctica sus habilidades: armado de agujas, tinta china y colorantes vegetales dibujó en el vientre de la mujer un hermoso, enigmático y afilado puñal.


La felicidad de la pareja fue intensa, y como ocurre en esos casos, breve. En el cuerpo del hombre revivió alguna extraña enfermedad contraída en las islas pantanosas del oeste. Y una tarde, frente al mar, con la mirada perdida en la línea vaga del horizonte, el marinero emprendió el ansiado viaje a la eternidad.


En la soledad de su aposento, la mujer daba rienda suelta a su llanto y a ratos, como si en ello encontrase algún consuelo, se acariciaba el vientre adornado por el precioso puñal.


El dolor fue intenso, y también breve. El otro, hombre de tierra firme, comenzó a rondarla. Ella, al principio esquiva y recatada, lentamente fue cediendo terreno. Concertaron una cita; y la noche convenida ella lo aguardó desnuda en la penumbra del cuarto. Y en el fragor del combate, el amante, recio e impetuoso, se le quedó muerto encima, atravesado por el puñal.


Hay recuerdos que matan.

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12 enero 2008

Bésame


Puedo amarte…sin decírtelo
Puedo desearte con una mirada
Ver tu interior desde fuera
Acariciarte en las sombras de la nada.

Aunque quisiera poder decirte que te quiero
Desearte con todas mis ganas y mi cuerpo
Sentir tus adentros con mis dedos
Acariciarte dentro de mi Universo.

Podría amarte aún en la distancia
Idolatrarte sin haberte tocado jamás,
Soñarte incluso sin conocerte.

Más no me culpes si te amo aún de cerca
Si te idolatro tocándote en el aire,
Si te conozco en mis sueños profundos.

Bésame ahora que estás cerca
Bésame sin decirme nada,
Déjame percibirte en mi silencio
Alimentarme con el perfume de tus labios.

03 enero 2008

Quien te Ame


Quien te ame, clausurará todos los caminos y solamente dejará abierto el que conduce a cualquier capricho tuyo, entenderá que no existe tesoro que compre tu abrazo sencillo e inesperado cualquier domingo luminoso, la ternura inocente de tu cabeza silenciosa apoyada en mi hombro o el radiante escándalo de tu alegría desparramada por la ciudad.

Quien te ame, te convertirá, henchido de orgullo, en el único y recurrente tema de conversación, desafiando indiferencias, miradas réprobas y gestos de hastío. Siempre estarás ahí, presente, señalando caminos, rompiendo esquemas, trastocando verdades, convirtiendo la vida en divino abismo, marcando y demostrando el invalorable precio de un Te Quiero.

Quien te ame, descubrirá la vida en la curva de tus senos. Aprenderá otra vez lo que es vivir y no recordará nada que haya ocurrido antes del desbocado latir de tu pecho desnudo, del olor profundo del sudor del amor, la milagrosa multiplicación de las estrellas o de la mirada sin remedio de tu corazón que observa los vidrios rotos del sosiego.

Quien te ame, paseará orgulloso con el premio de tu sonrisa por cualquier calle de la alegría, tomará atajos que conduzcan a tu eternidad, y buscará ansioso tu abrazo pues entenderá finalmente el misterioso significado de la oscuridad y el secreto.

Quien te ame, sentirá la inconmensurable angustia de tan solo un minuto de tu ausencia y el infinito placer de la posibilidad de tu cercanía.

Quien te ame, esperará cada uno de los minutos que llenan seis horas enteras, mientras pasea su soledad por la ciudad, al tiempo que deshoja los pétalos de un llanto escondido, cuenta transeúntes, gotas de lluvia, hojas caídas o cualquier vaguedad sin importancia. Allá, en un rincón secreto del corazón, se hace notable que una esperanza se desangra incontenible.

Quien te ame, recorrerá incansable mil kilómetros para ver apenas tu sonrisa por cinco preciosos e interminables minutos. Aún así, se sentirá satisfecho y depositará resignado el sudor y el cansancio del camino en cualquier bolsillo del olvido.

Que por que se todo esto?
Sencillamente porque te amo.