La Navidad es un día que tiene un especial significado sobre todo en las familias cristianas, porque se conmemora el nacimiento de Jesucristo, su dios y su líder. Sin embargo en todo el mundo, personas de todas las creencias de alguna forma también se ven involucradas en el festejo de tal forma que el comercio y el intercambio de regalos se incrementa como una forma de demostrar cariño a alguien, las guerras se suspenden y en casi todo el mundo se siente un ambiente de paz, tranquilidad, fraternidad y felicidad.
La palabra Navidad, significa vida nueva y se relaciona con el nacimiento de Jesús y aunque se desconoce el día exacto de su nacimiento, se estableció la fecha del nacimiento el 25 de diciembre. Según las sagradas escrituras de la religión católica, Jesús, hijo de Dios, vino al mundo a redimir de sus pecados a toda la humanidad, a predicar los mandamientos de esta religión y a ofrecer el sacrificio de su vida para salvar a la humanidad.
Pero, todo empezó 9 meses antes, en Nazaret, un pequeño pueblo de la región de Galilea, al norte de Palestina, más o menos en el año 748 de la fundación de Roma.
Una mujer llamada María, fue visitada por un ángel quien le anunció que iba a ser la madre del hijo de Dios. María se lo comunicó a José, con quien estaba comprometida y quien también recibió la visita de un ángel explicándole que el milagro de la concepción, o sea del embarazo de María, se debía a la voluntad de Dios y a la fuerza del Espíritu Santo.
José y María, concientes de lo que esto significaba, se casaron y asumieron el papel que Dios les había marcado.
9 meses después, cuando ya casi iba a nacer Jesús, el emperador César Augusto, mandó hacer un censo y como José había nacido en Belén, la pareja tuvo que viajar para empadronarse y cumplir con el mandato.
120 kilómetros recorrieron en un viaje cansado y pesado por el estado de María, ella sentada sobre un burro y José, caminando a su lado. Al llegar a Belén no encontraron lugar en donde hospedarse y el niño ya casi estaba por nacer, no sabían que hacer, hasta que una persona les prestó un pequeño portal en donde había un burrito y un buey.
María, se recostó sobre la paja calientita y ahí nació Jesús, el Salvador, el hijo de Dios. José cubrió a su hijo con unos pañales y lo recostó en un pesebre mientras varios pastores atraídos por el resplandor de una hermosa estrella que se posó sobre el portal y guiados por un ángel que les dio la noticia del nacimiento del salvador, llegaron a adorar al hijo de Dios exclamando ¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que aman al Señor!
Textos de S.S. Juan Pablo II.
...Dió a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre. La acción de la Virgen es el resultado de la plena disponibilidad a cooperar en el plan de Dios, manifestada ya en la Anunciación con su hágase en mí según tu voluntad.
María vive la experiencia del parto en una situación de suma pobreza: no puede dar al Hijo de Dios ni siquiera lo que suelen ofrecer las madres a un recién nacido; por el contrario, debe acostarlo en un pesebre, una cuna improvisada que contrasta con la dignidad del Hijo del Altísimo.
No te olvides de lo que realmente importa en estos días:
Para aquellos creyentes, el nacimiento de Jesús en un pesebre de Belén. En la circunstancia más humilde, más sencilla y austera nace el más grande, quien más nos ama, quien más nos ha enseñado. Y viene a este mundo con nada más que el amor de su Madre, María y el cuidado y protección de José.
Y para todos, creyentes o no, un día para recordar que cada uno proviene de una familia única, que aunque tenga defectos y bondades, es momento de agradecer por tenerlos a nuestro lado. Momento de volver a nuestros orígenes y volver a recordar: lo único que verdaderamente mueve al mundo es el amor.
Feliz Navidad
y feliz Año Nuevo 2009